Los qués y los cómos

¿Cómo participar como familia en la escuela?

Pertenecer, ser parte de algo más grande, apropiarse de los espacios de la vida es una necesidad psicológica importante. Nos referimos a “nuestros hijos” y ellos hablan de “mi escuela” con la seguridad de que es algo propio o un lugar al que pertenezco. La escuela es un lugar que acoge y permite la participación, es un escenario que nos hace sentir pertenecientes, vinculados.

Nuestras posibilidades de participación como padres, madres y acudientes son amplias y, en ocasiones, se simplifica para hablar de asistencia a reuniones, presencia en eventos o entrega de boletines. En este kit PaPaz revisamos que la participación también se refiere a “ser parte de”. Es decir, implica sentido de pertenencia y una acción conjunta, consciente e intencionada. Así, la participación abre paso a una búsqueda por parte de todos los miembros de la comunidad escolar de trabajar de manera conjunta, escuchar opiniones y establecer y discutir el desarrollo de planes de acción. “Ser parte de” genera procesos de corresponsabilidad donde los logros y el cumplimiento de objetivos son tan importantes como la búsqueda de soluciones a los problemas.

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Como madres, padres y cuidadores, hay varias formas en las que pueden aplicar el Decreto Número 0459 de 2024 y velar por su cumplimiento en las instituciones educativas:

Como madres, padres y cuidadores, hay varias formas en las que pueden aplicar el Decreto Número 0459 de 2024 y velar por su cumplimiento en las instituciones educativas:

1. Participación activa: Estar informados sobre los derechos y responsabilidades establecidos en el decreto y participar activamente en las instancias de participación de la comunidad educativa, como las asociaciones de padres de familia y el Consejo Directivo.

2. Colaboración con la institución educativa: Colaborar con la institución educativa en la implementación de la Alianza Familias-escuela, asistiendo a las escuelas para madres, padres, cuidadores y representantes legales, y participando en las actividades programadas para fortalecer la relación entre la familia y la escuela.

3. Conocimiento de los compromisos: Conocer y cumplir los compromisos establecidos anualmente en colaboración con la comunidad educativa, participando en la definición de acciones y temáticas prioritarias para el año académico.

4.Vigilancia y seguimiento: Estar atentos al cumplimiento de los compromisos por parte de la institución educativa, participando en el seguimiento de la participación y aplicando los compromisos adicionales en caso de incumplimiento, siguiendo el debido proceso con garantías universales.

Al participar de manera activa, colaborativa y vigilante en los procesos educativos de sus hijas e hijos, las madres, padres y cuidadores pueden contribuir significativamente a la implementación efectiva del decreto y al desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes en las instituciones educativas.

Como educadores iniciales de los niños, la Unesco(1) nos dice que nuestra participación en la educación logra mejoras significativas en el desempeño escolar y en el desarrollo socioemocional.

Tenemos al estudiante como centro de esta relación de participación, por lo que madres, padres, acudientes, cuidadores, docentes y directivos conformamos un equipo en pro de su desarrollo. Cuando se habla de una alianza familia-escuela y de la importancia de la participación, se reconoce que la vida estudiantil transcurre la mayor parte del tiempo en el escenario escolar y que es allí donde se quiere que participemos madres, padres y cuidadores.

La participación de las familias en el escenario escolar implica la intención genuina de la escuela de incluirnos en los procesos de toma de decisiones y en las acciones de la institución educativa.
Esto implica un reconocimiento de que somos interlocutores válidos, que compartimos información valiosa (por ejemplo, información sobre los estudiantes que puede ser útil para conocerlos mejor) o ideas y aportes útiles desde su formación, experiencia, conocimientos y habilidades (por ejemplo, apoyo en la construcción de un escenario para la presentación de final de año o ideas y acompañamiento en salidas pedagógicas).
Adicionalmente, puede ser útil solicitar espacios de formación para las madres, padres, acudientes y cuidadores relacionadas con nuestro papel en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.

La participación familiar en la escuela debe ser auténtica y autónoma y debe ser corresponsable. Roger Hart(2) hizo una adaptación de la escalera que Sherry Arnstein planteó en 1968 para la participación ciudadana. Recorrer la escalera con el ratón del computador nos permite identificar qué significa cada peldaño en la escalera de participación y revisar qué tipo de participación se está dando en nuestra escuela. En los primeros peldaños, hay procesos que ellos denominaron participación “engañosa”, un poco más arriba está la participación “simbólica” y, finalmente, está la participación “real”, en la que todos los que participan tienen poder de decisión, es decir, voz y voto. Cada una de ellas se explora más adelante y es importante tener en cuenta que la imagen de la escalera es relevante en cuanto a que comenzamos en los primeros escalones y vamos ascendiendo y teniendo procesos reales de participación, pero los escalones que no definimos como participación pueden ser ejercicios que nos permitan ir ascendiendo en la escalera hacia una participación genuina.

Para comprender un poco más esta escalera puedes recorrerla con el ratón y hacer clic sobre cada escalón para encontrar ejemplos. Intenta identificar en qué nivel está la participación en tu contexto y piensa en otros ejemplos de situaciones que reflejan cada nivel.

Participación Ciudadana

En este nivel, las relaciones se han consolidado y la participación alrededor de la escuela está fortalecida. Por eso es posible que la escuela, los directivos, las familias y los estudiantes se articulen con la comunidad cercana al escuela e identifiquen retos sociales a los que es posible responder desde las capacidades propias de la comunidad escolar. Cuando se alcanza este nivel se habla de alianza familia-escuela-comunidad.

A continuación presentamos algunas acciones para promover y mantener una participación efectiva de madres, padres, acudientes y cuidadores en la escuela. El proceso de participación se inicia con una buena información, pero como meta a largo plazo se quiere que, además de estar informados, participemos en las decisiones de la escuela. Este es un proceso que se da paulatinamente y los ejemplos que se plantean buscan iniciarlo y dinamizarlo. Hay ejemplos de representación y de participación real.

Delegación de poder/ Toma de decisiones compartidas

Este nivel busca que toda la comunidad escolar se sienta representada en las instancias escolares de decisión. Para esto, la escuela debe contar con mecanismos de elección de los representantes; además, los docentes, estudiantes y madres, padres y cuidadores deben estar en disposición de ser representantes y elegir a los mejores. En este nivel se da una participación real, cada miembro de la comunidad educativa asume roles de gestión y se hace responsable del cumplimiento de metas. Cuando se da una participación de esta forma, el respaldo a las decisiones de la escuela es mayor porque, además de consultar, las madres, padres, cuidadores, directivos, orientadores, personal administrativo y docentes trabajan hombro a hombro por conseguir los objetivos planeados de forma conjunta y con responsabilidades compartidas.

Alianza, Iniciada por alguno de los grupos de interés y apoyada por todos

Es esencial que madres, padres, cuidadores, docentes y directivos se reconozcan como sujetos fundamentales de la alianza y no como un obstáculo o amenaza para los demás. En este nivel no hay nadie que delegue su responsabilidad y hay un ejercicio muy valioso de regulación mutua. Hay dos aspectos que son fundamentales en el camino de generar procesos reales de participación. El primero es apoyar a las madres, padres y cuidadores a identificar su rol en esta alianza y aquello que pueden hacer desde su casa para fortalecer el proceso de aprendizaje y el bienestar de la niña o niño o adolescente, así como la forma de participar en la escuela. El segundo aspecto consiste en sistematizar los conocimientos, saberes, experiencias y habilidades de la comunidad educativa para establecer una red funcional. Esto quiere decir: conocer a fondo quiénes son parte de esa comunidad e identificar qué pueden aportar. Por ejemplo, un padre que es carpintero puede construir muebles para la biblioteca, o una madre que sabe de nutrición puede dar un taller a las niñas y niños y a sus familias.

Colaboración/ Iniciada por el colegio solicitando ayuda a estudiantes y padres

la escalera de Hart(2) habla de acciones iniciadas por los adultos con decisiones compartidas con los niños. Romagnoli y Gallardo(3) le dan a este nivel el título de “colaboración”. En este nivel, el escuela identifica espacios y actividades donde madres, padres y cuidadores pueden aportar (por ejemplo, leer un cuento, hablar de sus actividades, contar una historia del lugar de donde vienen, colaborar con el bazar del escuela) y, una vez identificados estos espacios y actividades, invita a los padres a participar de manera estructurada. Por su lado, las madres, padres y cuidadores pueden estar atentos a sugerir otros espacios de colaboración o a poner en conocimiento de la escuela sus habilidades y saberes. Muchos de los procesos de participación se dan a este nivel.

Consulta

en este peldaño los padres son consultados antes de que la escuela tome decisiones. La consulta es una herramienta de gestión y seguimiento muy importante en los procesos de administración escolar. En este nivel, el escuela muestra un interés real por conocer qué piensan los padres. Esta información, si se recaba disciplinadamente a través de los años, puede mostrar cómo el escuela atiende las necesidades que los padres manifiestan y, además, puede respaldar procesos de mejora continua. Para esto, la escuela debe desarrollar una encuesta que se aplique año tras año y se procese como insumo de la planeación escolar. La responsabilidad de los padres, en este caso, es responder las preguntas de manera clara y honesta.

Información

En este escalón los padres tienen información necesaria sobre la escuela, conocen reglamentos, cronogramas, programas escolares, resultados de sus hijas e hijos y espacios de participación. Este conocimiento resulta importante para entender la escuela y opinar sobre esta. Cuando se habla de información es la escuela la que inicia el proceso. Los principales agentes de información son los docentes y directivos, ellos deben planear la comunicación de tal forma que las familias se enteren de lo que sucede en la escuela. Las madres, padres y cuidadores, en este nivel, están comprometidos con estar atentos a la información que provee la escuela y, a su vez, en dar a la escuela toda la información relevante sobre su hija o hijo.

Invitación/ Participación Simbólica

El tercer escalón se refiere a la “participación simbólica”. Esto se da, por ejemplo, cuando la escuela invita al show escolar anual, los padres asisten y disfrutan, y los docentes agradecen su presencia. Eventos como estos son necesarios y permiten crear vínculos, pero no una participación real.

Utilización/ Participación Decorativa

En este segundo escalón que Hart(2) llama decoración, es posible que estudiantes, docentes, madres, padres y cuidadores trabajen de manera conjunta, pero la actividad que desarrollan es decorativa y no logra ningún impacto real en la escuela. Por ejemplo, una actividad en la que se dibujan carteles o pósteres alusivos a la convivencia no necesariamente genera cambios de fondo en las relaciones entre los miembros de la comunidad.

Manipulación/ Participación Engañosa

En el primero se organiza una actividad para hacer ver que, por ejemplo, “todos los padres asistieron”, pero en realidad la razón por la cual las personas asistieron es porque se les ofrece un estímulo o se hace una amenaza por su inasistencia.

No participación

Los tres primeros niveles de la escalera no son participación real, pero Hart(2) los menciona porque en muchas ocasiones se declaran como participación

Representación

A partir del cuarto peldaño se comienza a dar la participación real con cierto nivel de representatividad y voz en las decisiones que se toman. Un ejemplo de esto es la elección por parte del grupo de familias de una madre representante para su salón de clase.

Participación

La alianza familia-escuela sucede en este nivel donde la participación es real y auténtica. Aquí, tanto la escuela como madres, padres y acudientes reconocen la importancia de participar activamente en el proyecto conjunto que han emprendido centrado en los estudiantes.

A continuación presentamos algunas acciones para promover y mantener una participación efectiva de madres, padres, acudientes y cuidadores en la escuela. El proceso de participación se inicia con una buena información, pero como meta a largo plazo se quiere que, además de estar informados, participemos en las decisiones de la escuela. Este es un proceso que se da paulatinamente y los ejemplos que se plantean buscan iniciarlo y dinamizarlo. Hay ejemplos de representación y de participación real.

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