Los qués y los cómos

¿Cómo hacemos para comunicarnos mejor con la escuela?

Tenemos mucho que hablar y mucho más por escuchar. Si pensamos en la escuela como un aliado de nuestra familia, compartimos con docentes y directivos un tema que nosotros conocemos muy bien: nuestras hijas e hijos.

Si ya estamos trabajando con la escuela, además de hablar de nuestras niñas, niños y adolescentes, tenemos una meta en común que es su bienestar y desarrollo integral. Para lograr esta meta es clave la comunicación en doble vía: del escuela hacia la familia y de la familia hacia la escuela.

Esta comunicación requiere un esfuerzo intencional de ambos lados y poner en juego nuestras habilidades sociales y emocionales, como la escucha al otro de manera auténtica y genuina, conectar con él entendiendo la situación que vive e intentando comprender su punto de vista, expresando lo que sentimos y aspiramos para nuestros hijos.

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Comunicarnos con la escuela implica reconocer el trabajo del docente y los retos que este tiene y que la mirada de la escuela para nosotros, madres, padres y cuidadores, sea apreciativa y reconozcan nuestra labor. Eso implica dejar los juicios de lado para creer y confiar en el otro, como profesor o como padres.

Esta comunicación en doble vía se basa en el principio del cuidado por el otro, por esto es esencial que sea proactiva y no reactiva. Es decir, que como madres, padres y cuidadores no solamente nos comuniquemos con la escuela cuando hay quejas y problemas, sino que haya una interacción frecuente y fluida en el día a día. Así mismo, que la escuela esté en contacto con la familia para comunicar de manera constante el desarrollo de la actividad escolar y que recibamos comunicaciones de la escuela para felicitarnos por el buen desempeño de nuestras hijas e hijos, así como para discutir las dificultades que se presenten.

Podemos sugerir a la escuela diseñar en conjunto un proceso de comunicación planeado, donde los docentes, madres, padres y cuidadores nos demos el tiempo para pensar qué necesita el otro en cuanto a información de la institución, de los estudiantes y descripción de situaciones. Esto puede resolver los conflictos de manera oportuna, incluso antes de que estos se presenten.

Un esfuerzo conjunto de la comunidad educativa debe dirigirse a darnos voz y escucharnos auténticamente, oír nuestras propuestas, conocer nuestros intereses y preocupaciones y, además, orientarnos sobre cómo podemos aportar en la escuela.

Por lo general, quien inicia el proceso de comunicación es la escuela, pero es muy importante que como familia sepamos cuales son los medios y mecanismos para comunicarnos. Por ejemplo, horarios de reunión con los profesores, correos electrónicos y teléfonos establecidos, explicación sobre cómo funcionan y qué respuesta podemos esperar cuando los utilicemos.

Para establecer una comunicación de doble vía entre el escuela y la familia, los diferentes actores pueden recurrir a estrategias, acciones o prácticas como las que se presentan a continuación:

Familias
Niñas, niños y adolescentes
Directivos
Docentes
Administrativos